Cenotafio de San Vicente en la Basílica de los Santos Mártires

Datación de la obra: Finales del siglo XII.

Solicitante: Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León.

Motivo del galardón:

Por la acertada restauración del Cenotafio de San Vicente y de su Baldaquino, en la Basílica de los Santos Mártires de Ávila, como excepcional ejemplo de la arquitectura funeraria románica en Europa.

La restauración ha devuelto al extraordinario cenotafio la viveza de su policromía original de finales del siglo XII, y lo ha preparado para el desgaste de los siglos venideros.

Esta pieza única se ha considerado durante siglos el sepulcro de San Vicente, mártir del siglo IV, aunque en realidad es un cenotafio, un monumento funerario que no aloja sus restos. El bien mueble es una escultura labrada en piedra de finales del siglo XII o principio del siglo XIII, considerada una obra maestra del tardorománico. Su estructura arquitectónica, con dos pisos y tres naves muestra además algunos elementos propios del gótico. En él aparecen labradas escenas de la vida de los santos y de su martirio, entre otras del Nuevo Testamento, como la Epifanía. Está inserto en un baldaquino, incorporado en el siglo XV, que presenta un zócalo y cuatro columnas de piedra granítica policromadas, y se cubre con un tejado de madera policromada y dorada.

La restauración devolvió su estado original al cenotafio con la recuperación de la policromía, de intensos colores, que había sido documentada previamente mediante la investigación histórica y el análisis de medio centenar de muestras. Las más de 50 catas para establecer la superposición de policromías constataron una sucesión de tres recubrimientos pictóricos; el original románico de vivos colores, un repinte del siglo XV que respeta los colores originales, y la pintura posterior de finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX, que daba al sepulcro un aspecto uniforme blanquecino. La restauración aportó también importante información sobre las alteraciones, restauraciones y modificaciones sufridas por el cenotafio desde su construcción hasta la actualidad. Por último, se devolvió la estabilidad estructural al baldaquino de madera policromada, y se restauró la policromía original de la reja que lo circunda. Todos los trabajos fueron recogidos en un monográfico.

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